lunes, 23 de noviembre de 2009

Un bolero con perfume Old Spice

El día pintaba como uno de tantos en los que Fernanda salía con el tiempo justo para llegar en hora a la oficina, así que tuvo que echar una carrerilla para alcanzar el autobús. Se alegró de que no estuviera tan atiborrado como era habitual. Si bien iba a viajar parada no lo haría apretujada con otros sufridos congéneres que cada mañana se dirigían a sus tareas.

Pura rutina de un día rutinario, excepto por aquel detalle que la sorprendió no bien terminó de pagar el pasaje. Un algo impalpable, aéreo, transparente, familiar se metió en su nariz e inmediatamente sacudió las tinieblas de sus recuerdos.

Una leve sonrisa le subió hasta los labios, que recordaron y lo recordaron. Toda ella evocó ese perfume venido de lejos: Old Spice, inconfundible en su memoria. Con estudiado desinterés fue recorriendo el autobús buscando en cada hombre que poblaba el estrecho corredor a quien aún usaba la clásica y obsoleta fragancia que la hizo regresar en el tiempo ¿treinta años?

De pronto sintió una inmensa curiosidad por identificar al dueño de aquel aroma, acaso queriendo encontrar en él al que aquella noche se despegó de todos los demás para dirigirse hacia ella sonriente, elegante en su traje oscuro: ¿bailamos? La contestación no hizo falta porque ya tenía un brazo rodeando su cintura mientras una mano cálida tomaba la suya. Y qué bien olía… Su perfume y sus ojos verdes se le metieron en los sentidos y en su corazón mientras convocaban al amor al compás de un bolero… ¿Cómo se llamaba? Sin poder evitarlo comenzó a tararear la melodía con la boca cerrada y todos los sentidos trabajando a destajo, hasta que dio con el nombre. Contigo, ése fue el primer bolero que bailaron juntos, cantado por el Trío Los Panchos y perfumado con Old Spice.

Al llegar al fondo del autobús se dio cuenta con desilusión que ninguno de los que viajaban parados como ella era el dueño de su repentina obsesión. Quizás fuera alguno de los que estaban sentados, pensó, y entonces volvió sobre sus pasos y los miró uno por uno siguiendo la estela imprecisa de la vieja colonia que volvía desde el fondo de los tiempos trayéndole una imagen, un rostro, una sonrisa, una música, un gran amor desnudándola en el querer adolescente.

Qué pasa contigo mujer, se preguntó. Por un instante había fantaseado con la idea de encontrarlo allí, perfumado de Old Spice, esperándola para decirle que nunca la había olvidado.

Hubiera sido hermoso, pensó mientras bajaba del autobús y retrocedía las calles que había hecho de más, presa de un aroma que despertó aquel sentimiento adormecido del primer y gran amor. Que fue, intenso y profundo, pero que luego no pudo ser.

Hay amores que nunca se abandonan, que no habitan el olvido, que siempre vuelven, como los salmones bogando río arriba, a veces, en una corriente de Old Spice.

13 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Genial.
Que bien lo has contado.
Bravo.

Besos.

La abuela frescotona dijo...

hermoso , nostálgico,por estos lares aun se huele por ahí, mi recuerdo que no pudo ser , olía a VITES. ABRAZOS

Alma naif dijo...

Por eso mi querida amiga yo tambien uso siempre el mismo perfume.. a lo mejor alguien me busca ... y por el perfume me encuentra!!!
Que buen relato.. sabes que recuerdo de alguien que lo usaba... !!!
Besos cielo, me encantó el relato, me parecio no se dulce.. y muy real.. !!!

Malena dijo...

¡Ay, Carmen, los olores! Como pueden hacernos recordar y revivir situaciones maravillosas y lugares que se convirtieron en especiales.

Creo que al igual que tu protagonista, esta cabeza soñadora habría recorrido el autobús de arriba a bajo deseando encontrarme al dueño de aquel perfume que no habría borrado de mi corazón.

Es bonito soñar...es bonito que no se borren algunos momentos de nuestra vida...

Encantada de seguirte en tus escritos. ¿Para cuando otra novela?

Mil besos y mil rosas.

fonsilleda dijo...

Has despertado la Caja de Pandora de mis recuerdos, te contaré porqué. Primero comentar tu relato que me parece bonito, tierno y terriblemente aromático. Y si, hay recuerdos que no habitan el olvido.

Ahora verás, yo hábía regalado a Juan un frasco de Old Spice pero me quedé embarazada y le obligué a deshacerse de esa colonia que tuvo que regalar. Para siempre quedó en nuestro recuerdo. ¿Por qué su aroma no lo aguantaría mi embarazo?.
Nunca volví a intentar olerla, ni Juan volvió a osar comprarla, ¿todavía existe?.

Bicos.

Carmen Graña Barreiro dijo...

A Toro:
Gracias por tus palabras, y mil besos para ti.



A La abuela:
Vites también es una colonia que creo ya pocos usan.
Un besote muy grande



A Sol:
A diferencia de ti, yo siempre cambio de perfume (eso de andar cambiando forma parte de mi personalidad), debe ser que no quiero que me encuentren jajaja.
Mil besos y abrazos para ti



A Malena:
Es cierto querida amiga, los olores pueden llevarnos y traernos por mil recuerdos. Como se puede ver en mis escritos, yo le doy mucha importancia a los olores. Según dicen, tengo el olfato de un can perdiguero.
En cuanto a escribir otra novela, aún tengo las neuronas en remojo después de Amorina jajaja. Pero seguramente en algún momento lo haré.
Una cosecha de abrazos



A Fonsilleda:
Pues mira por donde compartimos un recuerdo con el mismo olor, aunque de distinta manera.
El Old Spice aún existe si bien deben ser pocos hombres que lo usen. El relato, absolutamente real, lo confirma y la protagonista en lugar de Fernanda podría llamarse Carmen.
A mí me gusta escribir en primera persona (de hecho Amorina iba a ser así) pero últimamente no sé por qué dejé de hacerlo.
Una cosecha de bicos y abrazos

lanochedemedianoche dijo...

Que buen relato, el perfume tiene ese que se tú, pero es importante.

Besos

Nalda dijo...

Es increíble lo que el olfato puede llegar a suscitar: un recuerdo, un estado de ánimo, una emoción... Precioso relato.

Raúl dijo...

Qué malas y nostálgicas pasadas nos juega a veces la pituitaria.
Un abrazo.

marisa dijo...

Estupendo relato,
hay que ver como
los olores pueden
traer recuerdos
aunque pasen los años.

Gracias por pasar
por mi xanela y dejar
tu comentario.

Besos.

JAVIER AKERMAN dijo...

Apreciada Carmen:
Olores que avivan la memoria y los sentimientos. ¡Huellas del pasado que nunca mueren!
Llegar a tu blog ha sido una grata sorpresa.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

buen relato, sugerente y preciso.. interesante.

Chousa da Alcandra dijo...

O olfato é un dos sentidos menos valorados; pero non por elo menos importante. So se bota de menos cando falta (como case todo).
A comparanza cos salmóns...gústoume moito. Nadar contra corrente, brincar saltos...Fermoso!

Bicos perfumados

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