Hay mujeres (hoy solo me voy a referir a “ellas”) que van por la vida con el alma mutilada. Y desgraciadamente la mayoría de las veces eso parece no tener remedio.
El caso que ocupa mi pensamiento por estos días tiene como protagonista a una mujer de una inteligencia excepcional, exitosa en su profesión, brillante para quienes solo ven su espléndida fachada.
Sin embargo, es una mujer con el alma mutilada y el espíritu machacado, a merced de un individuo, una rata de albañal que se aprovecha de su infortunio para dominarla a su antojo.
¿Quién mutiló el alma de esta mujer, como la de tantas otras? ¿Su marido? No en este caso. Él solo “se aprovecha” de la debilidad instalada, de la víctima que ya no puede reaccionar, de esta mujer que alguna vez fue una niña maltratada, y ahí comenzó todo.
¿Cómo se sale de esta nefasta cadena? Hablando, denunciando al cabrón que te está maltratando, querida mujer.
Toma coraje y busca ayuda, hazlo con cuidado, midiendo cada paso que vas a dar, pero hazlo ¡ya! Infórmate de tus derechos, libérate… Nadie, y menos en nombre del amor que dicen tenerte, repito, nadie tiene más derecho sobre ti que tú misma.
¡No encubras a tu maltratador! Reflexiona, analízate, quiérete, ¡valórate! Eres un ser único y viniste a la vida a ser feliz, no lo olvides. Es tu derecho.
Que el miedo no te impida reaccionar ante cualquier tipo de violencia que quieran ejercer sobre ti… por favor.
2 comentarios:
Excelente comentario Carmen,espero que lo lean muchas mujeres y reaccionen y se animen a denunciar.
Gracias, Alicia!!! Mil besotes
Publicar un comentario