miércoles, 8 de julio de 2009

Muchas palabras y pocas verdades



Palabras, palabras y más palabras.
Inteligentes, estúpidas, informadas, desinformadas, contradictorias, repetitivas. Desde hace casi dos semanas los argentinos sufrimos un vendaval de palabras de boca de expertos y seudoexpertos en virus, que desde la pantalla del televisor nos explican cómo lavarnos las manos, con jabón, con alcohol (con gel o sin), cómo estornudar de manera ¿correcta?, apuntando a nuestro antebrazo (qué asco!!!) nuestras secreciones y posibles virus, y si usamos pañuelos de papel (lo habitual, digo yo) desecharlos en una bolsita de plástico.
Bla, bla, bla, bla, bla
¿Y lo del barbijo? (tapaboca, mascarilla, según de donde sea). Ah, eso es para hacer una tesis. Unos dicen que no sirven para nada, que si lo queremos usar como placebo, allá nosotros. Otros aconsejan que “solo” lo usen los que estén enfermos, es decir casi como un estigma, cosa que cuando suban a un autobús o entren al supermercado, todos lo señalen con la impiadosa mirada de “¡está enfermo!”. Pero también los hay —me refiero a los “expertos”—, que opinan que pueden servir pero solamente si son de buena calidad, con no sé cuántos hilos en la trama.
Bla, bla, bla bla bla
¡Dios, a quién le creemos! Aunque en realidad lo tenemos fácil porque no se consiguen barbijos, ni buenos ni malos, en ningún lado. Bueno, en algunos sí, por ejemplo en los semáforos donde los oportunistas de siempre, inescrupulosos de la peor calaña, los ofrecen acompañados de una botellita de alcohol con gel, por el módico precio de ¡3 pesos!, eso hoy miércoles por la mañana. ¿Y yo qué hago con mi barbijo? ¿Me lo pongo, lo archivo en el cajón de los recuerdos, lo revendo al mejor postor, se lo regalo al carnicero que ayer estornudó encima de “mis” churrascos?
Mañana es feriado nacional y el viernes decretaron “feriado sanitario” para la administración pública. ¿Qué es un feriado sanitario y a qué nos obliga semejante título? Pues según. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no adhiere al asueto, así que en la Capital todo el mundo a trabajar, que no estamos para alimentar vagos hipocondríacos. Pero por otro lado ahí están lo “expertos” que nos dicen que ni asomemos la nariz fuera de nuestra casa, que invernar es lo mejor para evitar la gripe. Claro que también escuché esta mañana decir a un funcionario del gobierno de Mendoza que ¡nada de quedarse en casa! Hay que aprovechar estos días para hacer turismo, viajar (si es a Mendoza mejor), que lo mismo nos podemos contagiar del virus de la gripe A en un hotel, en una pista de esquí, en un sauna, que en nuestra propia casa. Es decir, que cada quien haga lo que se le venga en ganas, que para eso somos grandes, y si nos contagiamos, la responsabilidad es nuestra por haber elegido la opción equivocada. ¡Cuántas contradicciones!
Yo me pregunto: en lugar de decirnos cómo lavarnos las manos o dónde meternos el barbijo ¿por qué no implementan una política sanitaria eficiente y coherente en todo el territorio nacional? ¿Por qué aunque sea por UNA sola vez no nos dicen la VERDAD, sin distraernos con obviedades más propias de un jardín de infantes que de una sociedad madura? O eso creo, lo de madura, digo.
Me aterra más la mansedumbre de los buenos que la hijaputez de los malos.

7 comentarios:

Antón de Muros dijo...

Tes razón, Carmen: moitas verbas...

Bicos.

Antón.

Raúl dijo...

Gracias por tu visita y tus palabras, Carmen.
Un saludo.

Carmen Graña Barreiro dijo...

Non sei se teño razón, Antón, o que sei é que teño moita indignación.
Un bico

Carmen Graña Barreiro dijo...

Me alegra mucho verte por aquí, Raúl. A mí me tendrás como asidua visitante de tu por demás interesante blog.
Un abrazo

Maribel dijo...

Cuanta razón que tenés, Carmen!!!Es algo indignante, bueno, algo más para sumar a la indignación cotidiana que debemos sufrir en este país. Besos,

Carmen Graña Barreiro dijo...

Un besote Maribel, y gracias por pasar por aquí.

Marcelo dijo...

GENIAL!!!

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