martes, 16 de marzo de 2010

El dolor de la desilusión

“Cómo se acortan los días”, decía con un suspiro la abuela cada comienzo de otoño.
A algunas personas el cambio de estaciones les afecta más que a otras.
Ella decía que todas las mujeres de la familia, desde que podía recordar, padecían de melancolía otoñal, lo cual las volvía más calladas y reflexivas.
Vaya, por lo que se ve también a ti te atrapó esa melancolía familiar.
No estoy melancólica, estoy desilusionada, y no se me ocurre una manera de luchar contra esta desilusión que se me instaló en el alma.
La desilusión forma parte del aprendizaje de la vida.
Lo sé, pero no lo esperaba de él. Yo lo quería como a un padre, como el padre que no tuve, o mejor dicho que tuve pero que no fue.
Puede ser que hayas puesto en esta persona más expectativas de las que él podía cumplir.

A través de la ventana se asoma un pedacito de cielo azul-celeste de un hermoso día de casi otoño. Mas yo no puedo disfrutarlo porque me levanté caminando al filo de la desilusión como un suicida. Un gran agujero negro se me instaló en el alma y ni siquiera puedo llenarlo con suspiros. Y Ella ahí, mirándome con su cara imperturbable esperando una respuesta, como si fuera tan fácil.

Muy bien, si es lo que quieres, me declaro culpable por haber pensado que alguien de mi propia sangre no podía tener el alma tan negra, tan sucia, por haber creído en la imagen perfecta que nos vendió a todos…
Por haber creído en lo que querías creer, quizás. ¿Y ahora qué piensas hacer con lo que sabes?
Con lo que me contaron como en secreto de confesión, querrás decir. Yo, que siempre trato de estar atenta a las señales de la vida, a lo que me ocurre y al por qué o al para qué de ese acontecimiento, ahora no encuentro ninguna respuesta que me aclare por qué fui elegida para semejante revelación sin siquiera darme la oportunidad de negarme.
Se me ocurre que a lo mejor esa persona que te escogió para descargar su conciencia no tiene la fuerza suficiente para ajustar cuentas con este señor y entonces puso en ti la oportunidad de venganza. Sin duda te dejaron en una posición bien difícil.
Te quedas corta. Pero de momento lo único que quiero y puedo hacer es no verlo nunca más. No podría decirle lo que pienso de él y de su comportamiento ni tampoco perdonarlo, aunque el daño no haya sido directamente a mí.
Tú tienes la habilidad de resucitar cada vez que disparan al centro de tu corazón. También ahora juntarás los pedazos de la desilusión y volverás a creer en las personas, aun sabiendo que pueden llegar a decepcionarte. Es cuestión de tiempo.

El corazón de algunos individuos es un picador de hielo que hace pedazos todo cuanto los rodea, convirtiendo en añicos vidas y sentimientos con una habilidad digna del más encumbrado de los psicópatas.

12 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Pues si, corazones como picadores de hielo.
Cada vez hay más.
Psicópatas de los sentimientos.
Asesinos de emociones.
Hay que huir de ellos.

Besos.

Malena dijo...

Mi querida Carmen: Al igual que existe esa melancolía otoñal en la que estais entrando vosotros existe la astenia primaveral que suele hacerme guiños cuando llega esta estación y la tengo que asumir y hacerme amiga de ella.

En cuanto a ese tipo de personas que ya directamente llamo psicópatas, abundan consiguiendo hacer todo el daño que pueden.

Me alegro de que hayas vuelto. Se te echaba de menos.

Mil besos y mil rosas.

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Me gustó el texto.

Las desilusiones...Es mejor no esperar nada de nadie y así jamás se tienen desilusiones. Entregar lo que eres sin esperar nada. Desprender.

Besitos y amor
je

Sedemiuqse (carmen molins)

fonsilleda dijo...

Mi astenia, la que llega con cada primavera, la que está a punto de aparecer, es como esa melancolía que me ataca a veces.
No he sabido saber si este espléndido diálogo te atañe directamente o es pura invención.
De tratarse de lo primero, lo sabes, vas a salir de ahí porque seguro lo has hecho más veces.
Si eres tú que has regresado, me has tenido pendiente de cada una de las letras que has escrito.
Biquiños y, no te vuelvas a marcahr tanto tiempo, salvo que necesites hacerlo, por supuesto.

JAUD dijo...

Mi querida Carmen, ciertamente existen seres de este tipo, a quienes les vale madre el dolor que infligen en los sentimientos y la vida de las personas, y no es facil, puesto que ansiamos amar y creer. No queda mas que dejarle al paso del tiempo la cura de la herida. Besos y bienvenidA

Isabel Barceló Chico dijo...

Comprendo qué conmocionada queda una persona cuando le es revelado algo feo que jamás hubiera podido imaginar. Es un dolor muy grande. Pero también comprende, al poco tiempo, que quien debe sufrir es quien se ha comportado mal y no los demás. No podemos dejar de creer en el ser humano porque hayan seres humanos repugnantes, porque en ese caso, los malvados habrían vencido.
Un abrazo.

cachos de vida dijo...

Buen puente y feliz fin de semana.
Un saludo.

Chousa da Alcandra dijo...

Xa o dixen no blog de Fonsilleda. Será esta prolongación do inverno, ou que xa intuimos no ar a chegada primaveral?.
Arrrrriba ese animo, que xa agroman as plantas. Non imos poñernos murchos nos, carallo!!!

Allek dijo...

hola!
te invito a que pases por mi casa
dejare la puerta entreabierta..
te dejo un fuerte abrazo!!!

La sonrisa de Hiperion dijo...

Como siempre, un palcer pasar por tu espacio.

Un abrazo en esta mañana de domingo.

Eva Magallanes dijo...

Ay Carmen, lo peor de todo es que, en esas ocasiones, una misma escoge al psicópata. Algunas "Evas" tienen una insana tendencia hacia los depredadores, el cuento de "Barba Azul", habla de ello y da unas claves muy sabias, para tras caer en sus garras, poder liberarse y así pasar por aquella Iniciación aprendiendo lo que sabemos pero olvidamos.
Un fuerte abrazo!

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