Da gusto ver tanto afán y alegría.
Nosotros no podemos quedarnos, pues el Castromil que nos llevará a Santiago no nos espera más allá de la 9. Paciencia, otra vez será…
Pero el viaje nos tenía reservada una magnífica experiencia. Durante algo más de una hora que duró el trayecto, a ambos lados de la carretera las hogueras de los distintos pueblos, más grandes o más pequeñas, alumbraban la noche mágica de San Juan. La noche mágica de Galicia.
En Santiago nos esperaban as sardiñas asadas, las hogueras, las gaitas, panderetas, y un mundo de gente disfrutando, como nosotros.
Con que poco se puede ser tan feliz…
2 comentarios:
Que linda narrativa,te hace sentir en ese lugar maravilloso,me alegra muchisimo que disfrutaran tanto de este hermoso viaje.Carmen segui deleitandonos con tus comentarios-TKM. BICOS
Como me alegra leer tus palabras y la manera como cuentas tus impresiones...me siento paseando por los sitios que describes y siento el olor de las sardinas asadas...hummmmm...... gracias por hacer florar los recuerdos! besos...
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