martes, 6 de mayo de 2014

Mi amor imposible



—Eres mi amor imposible. Que lo sepas. Quisiera abandonarme entre tus brazos y dejar que me eleves a los cielos mientras escucho el susurro de tu voz cadenciosa, pero no puedo, créeme.
—No me tienes confianza, temes que te haga daño y huyes de mí.
—¿Te suena esa ridícula frase, no eres tú, soy yo cuando alguien quiere romper una relación?
—¿De qué hablas? Tú y yo nunca tuvimos tan siquiera un pequeño roce.
—De acuerdo. Pero no me hostigues ni me llenes de culpa. Bastante tengo con lo que me pasa.
—¿Y qué es lo que te pasa? Averígualo y tal vez algún día me lo puedas contar apretadita entre mis brazos.
—Y dale que va… De solo pensarlo siento un sudor frío deslizándose por mi cuerpo como una babosa deprimida, mientras el corazón enloquecido de espanto se desboca dentro de mi pecho. Somos incompatibles, estúpido insistidor. Da lo mismo lo que me digan tus adoradores, que te ven tan apuesto y entregado. Nunca seré tuya.
—Persevera y triunfarás. Es un tópico pero tiene su verdad. No me daré por vencido cada vez que te vea pasar frente a mí mirándome de reojo. Una y otra vez abriré mis brazos para que entres en mi vida.
—Tú me das miedo, no puedo remediarlo. Es un miedo mío que nada tiene que ver contigo, aunque a decir verdad he sabido que en algunas ocasiones tu comportamiento es un tanto inestable, por decirlo de alguna manera.
—Estás buscando excusas. ¡Atrévete, ven conmigo! Nada te va a pasar.
—Acéptalo de una buena vez: nuestras vidas transcurren por derroteros bien distintos. Tú yendo y viniendo por un largo y tenebroso hueco, y yo subiendo y bajando interminables escaleras solitarias. Tú eres un ascensor hermético y yo soy una claustrofóbica declarada y asumida. No me tendrás, cubículo asfixiante e impredecible. Adiós. Me esperan mis amigas las escaleras.

No hay comentarios:

Gotas de lluvia

Incontables gotas de lluvia deciden morir en mi ventana. Se estrellan con furia para luego resbalar en un largo dejarse ir.   Cal...